Paridad euro-dólar: Las razones que explican el inédito ajuste
Aunque el BCE suba las tasas, la Reserva Federal las está subiendo más, lo que atrae el dinero a Estados Unidos.
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La moneda única europea cayó por debajo de la paridad con el dólar por primera vez en casi 20 años, golpeada por el creciente temor a una recesión en la eurozona. Hoy miércoles el euro se desplomó a US$ 0,9998, acumulando una pérdida de casi un 12% en lo que va de año.
Pese a un fuerte inicio en 2022, la guerra de Ucrania alentó la inflación y perjudicó las perspectivas de crecimiento del bloque. He aquí un resumen de la importancia del movimiento del tipo de cambio.
¿Cuál es el problema?
Para empezar, una caída por debajo del nivel de US$ 1 es poco frecuente. Desde su nacimiento en 1999, la moneda única ha pasado muy poco tiempo por debajo de la paridad. De hecho, la última vez que lo hizo fue entre 1999 y 2002, cuando se hundió hasta un mínimo histórico de US$ 0,82 en octubre de 2000.
Los billetes y monedas de euro no se introdujeron hasta el 1 de enero de 2002, y la moneda sólo existía antes de ese día como una unidad de cuenta para liquidar transacciones transfronterizas.
En sus relativamente cortas dos décadas de historia, el euro es la segunda moneda más demandada para reservas de divisas y el volumen de negocio diario del euro/dólar es el más alto entre las monedas del mercado mundial: US$ 6,6 billones al día.
Cobre se hunde a mínimos de 20 meses por temor a una desaceleración económica
Todo cae frente al dólar
Es cierto. La libra esterlina y el yen también han caído este año, en parte porque las subidas más agresivas de las tasas de interés en Estados Unidos han aumentado el atractivo del dólar y también porque el temor a una recesión mundial ha hecho que los inversores acudan al dólar como refugio.
Se espera que el Banco Central Europeo empiece a subir las tasas en su reunión del 21 de julio. La Reserva Federal las elevó en 75 puntos en junio. El creciente temor a que el alza de los precios del gas en Europa haga que la eurozona sea más susceptible a una recesión, también explican por qué el euro está siendo golpeado con fuerza. Algunos bancos mundiales pronostican una recesión en la zona euro ya en el tercer trimestre.
¿Caerá más el euro?
Algunos economistas creen que sí. Nomura tiene un objetivo a corto plazo de US$ 0,95. Analistas afirman que hasta que no mejoren las perspectivas económicas, el euro seguirá de capa caída.
Aunque el BCE suba las tasas, la Reserva Federal las está subiendo más, lo que atrae el dinero a Estados Unidos. El euro también podría verse perjudicado por los riesgos de fragmentación, debido a que los costos de los préstamos de los Estados más débiles aumentan más que los de los más ricos.
Un factor favorable para el euro es que las posiciones cortas en la divisa son ya muy populares en los mercados de divisas, y las posiciones bajistas se acercan a marcas históricas, lo que podría impedir un fuerte desplome.
¿Qué significa esto para el BCE?
Un gran dolor de cabeza. Dejar que la divisa caiga impulsaría una inflación que ya es récord, aumentando el riesgo de que el incremento de los precios se mantenga en una tasa muy superior al objetivo del BCE del 2%.
Pero luchar contra los mínimos de 20 años del euro requeriría subidas de tasas más rápidas, lo que podría aumentar las dificultades para una economía que ya se enfrenta a una posible recesión. Los estudios citados con frecuencia por el BCE sugieren que una depreciación del 1% del tipo de cambio aumentará la inflación un 0,1% en un año y hasta un 0,25% en tres años.
¿Se avecina una intervención?
Hasta ahora, el BCE ha restado importancia a la debilidad del euro, argumentando que no tiene un objetivo de tipo de cambio, aunque la moneda sí importa en los cálculos de inflación más amplios. El euro ha caído casi un 12% frente al dólar en lo que va de año. Sin embargo, ponderado por el comercio -frente a las monedas de sus socios comerciales- sólo ha bajado un 3,6%.
Para apoyar al euro, el BCE podría dar señales de un endurecimiento más agresivo, incluyendo una subida de tasas de 50 puntos en septiembre, y más movimientos en octubre y diciembre. Los analistas consideran improbable una postura más agresiva, dado el deterioro de las perspectivas de crecimiento.